Leyendas

Antonio Pacheco:

Apodado “Tony” y “El Genio”, Antonio nació el 11 de abril de 1976 en Montevideo. Es considerado por muchos hinchas como “el último gran ídolo de Peñarol”. Se formó en el semillero del club, desplegando su fútbol y magia en Las Acacias y atravesando todas las categorías hasta llegar a Primera División en 1994. En los últimos años del Quinquenio, apareció en todo su esplendor y creó grandes circuitos futbolísticos junto a Pablo Javier Bengoechea. También fue figura en la consagración del Campeonato Uruguayo de 1999, donde se vio al Peñarol más goleador de toda la historia.
Tuvo su chance de emigrar al fútbol europeo, donde en una primera instancia fichó por el Inter aunque no tuvo una buena participación. Posteriormente fue cedido al Espanyol, pero en el año 2003 retornó a Peñarol donde jugó el Apertura. A mitad de año, le tocó emigrar nuevamente, esta vez a un cuadro más chico, el Albacete, donde según él se encontró más a gusto en Europa. Además, fue el jugador más destacado del Albacete en las temporadas 2003/04 y 2004/05.
En el año 2006, el Tony retornó a nuestro continente para jugar en Gimnasia Esgrima de la Plata, siendo un presagio de que próximamente volvería a vestir la camiseta amarilla y negra. El retorno se dio en el año 2007, donde Peñarol comenzó a levantarse de la peor crisis institucional y deportiva de la historia. Obtuvo el Clausura 2008 con una arremetida impresionante de la mano de Mario Saralegui, pero se sucumbió en las finales ante Defensor. En la temporada 2008/09 fue el goleador del Campeonato Uruguayo junto a Líber Quiñones de Racing pero al año siguiente, se consagró como máximo goleador en soledad, distinción que vino de la mano del Campeonato Uruguayo, donde Pacheco fue elegido como el mejor jugador del torneo, y marcó entre tantos goles, uno en la final ante el tradicional rival.

Al año siguiente, el entrenador Diego Aguirre priorizó otros jugadores en el plantel, y Pacheco era utilizado solo a nivel local, mientras que en el plano internacional el equipo seguía avanzando en la Copa Libertadores de América rumbo a la final. En una novela que todos conocemos, el cuerpo técnico encabezado por Aguirre dijo que no iba a tener en cuenta al jugador, por lo que se tuvo que ir al Montevideo Wanderers. Desde ese entonces, el jugador no ha paró de recibir homenajes y muestras de agradecimiento de sus hinchas, todos acompañados por la frase “El Tony es Peñarol”. Luego de la temporada en el bohemio, el  jugador volvió a su casa, a su primer amor, Peñarol.



Diego Vicente Aguirre:

Apodado “la fiera”, Diego Aguirre se metió en el corazón del hincha de Peñarol luego de anotar uno de los goles más importantes en la historia del club: en el minuto 120 de la final de la Copa Libertadores de América en 1987, cuando todo parecía perdido, un remate cruzado nos dio el quinto título continental. Nació el 13 de setiembre de 1965 en Montevideo y debutó en primera división en el conjunto de Liverpool en 1985.

Al año siguiente pasó a Peñarol donde se consagró Campeón Uruguayo. La Copa Libertadores de 1987 fue la que marcó su trayectoria como jugador. Además del gol decisivo en el último instante de la final, marcó goles claves en otras instancias. Estuvo presente en el marcador en el debut ante Progreso, anotó en la segunda fase ante Independiente, tanto en Montevideo como Avellaneda, y en la primera final ante América en Uruguay.
Jugó en el fútbol griego, brasilero, español, argentino, chileno y salvadoreño, y tuvo otro pasaje por Peñarol, en el año 1992. En el año 1999 se retiró del fútbol jugando en Rentistas pero continuó su vínculo con el deporte como entrenador. En su primera experiencia, logró una muy buena campaña con Plaza Colonia, y tras un pasaje por Ecuador, cumplió uno de sus sueños: dirigir a Peñarol.

En aquella campaña del año 2003, y tras un flojo Apertura, Peñarol se consagró campeón uruguayo levantando su nivel futbolístico en el Clausura y derrotando 1 a 0 al tradicional rival en la final, tras un tiro libre de Chilavert que es bien aprovechado en el rebote por Joe Bizera. Al año siguiente, la campaña de Aguirre no fue buena, ya que apareció un Danubio superior a todos sus rivales, y el técnico se fue, pero sabiendo que tendría una revancha.
Y esa revancha se dio en el 2010, luego de haber dirigido la selección uruguaya sub 20; conformó uno de los mejores equipos de los últimos tiempos en Peñarol y ganó el Clausura de forma invicta con 14 triunfos y 1 empate. La arremetida futbolística permitió acortar una gran diferencia ante el rival de todas las horas, y poder ganar la Tabla Anual. Tras una derrota 2 a 0 ante el tradicional rival en el primer cruce, Peñarol venció 1 a 0 a Nacional y empató 1 a 1, para llevarse después de 7 años el título de monarca a nivel local.

El fútbol es dinámico y cambiante y Aguirre volvió a irse, aunque rápidamente apareció en el 2011 por Los Aromos para llevar a Peñarol a la final de la Copa Libertadores luego de mucho tiempo. Con un fútbol que fue criticado por varios, el Peñarol de Aguirre dejó por el camino a grandes equipos como el Inter y Vélez, y se metió en la final que no pudo ganarle al Santos. Esa gran actuación dejó a Aguirre en los primeros planos, ya que además de ser el último entrenador campeón con Peñarol, lo había llevado a la final.

Como jugador, autor de uno de los goles más importantes. Como entrenador, dos veces campeón uruguayo y finalista de América. Diego Aguirre, la fiera.



Pablo Javier Bengoechea:

Nacido en Rivera el 27 de junio de 1965. Fue pieza clave del Segundo Quinquenio de Oro y de las selecciones uruguayas campeones de América en 1987 y 1995.

Hizo su debut oficial en primera división con la camiseta de Montevideo Wanderers en el año 1985. Luego de dos temporadas, en las que convirtió más de 30 goles, partió hacia España en 1987 para defender la camiseta del Sevilla. En ese mismo año fue campeón de la Copa América con la selección uruguaya, convirtiendo un gol en la final ante Chile en el Monumental de Núñez.

Vistió la camiseta del Sevilla hasta 1992 convirtiendo más de 25 goles. Ese mismo año regresa a América del Sur para sumarse a las filas de Gimnasia y Esgrima de la Plata, cuadro en el que solamente disputó 16 encuentros, convirtiendo 5 goles. Es en 1993 cuando regresa a Uruguay, para comenzar una época dorada de nuestro club.

Pablo Javier, quien tenía como ídolo a Fernando Morena, siempre soñó con hacer historia con Peñarol. A los 28 años de edad, llega a Peñarol para cumplir con su sueño. Fue siempre un jugador con mucha clase, gran dominio del balón y tenía una gran diferencia con el resto de los jugadores: los disparos de pelota quieta. Cuando Peñarol recibía una falta cercana al área, se consideraba más de medio gol, dada la habilidad que el riverense tenía para los tiros libres.

Habilidad que quedó demostrada en la final de la Copa América de 1995, en la cual Uruguay se impuso ante Brasil; disputada en el principal escenario deportivo de nuestro país. “El profe” vistió la camiseta aurinegra entre 1993 y 2003, años en los cuales convirtió más de 130 goles. Identificado con la camiseta número 10, Bengoechea fue pilar fundamental del Peñarol que ganó el segundo quinquenio de oro (1993-97), siendo goleador en el quinto título. La fórmula Bengoechea-Romero fue el sello de Gregorio Pérez en ese período.

También fue el embanderado de la histórica campaña de 1999 bajo la conducción de Julio Ribas. En 2003, Peñarol se consagró Campeón Uruguayo con Diego Aguirre como técnico y ese torneo fue el último de Bengoechea, aunque recordemos que no jugó la final ante el tradicional rival.

La idolatría por el “Profe” rompió esquemas, y la directiva de Peñarol encabezada por el Cr. José Pedro Damiani decidió homenajearlo con un monumento de bronce que hoy luce en Los Aromos. Pero había una particularidad, el material iba a ser exclusivamente donado por los hinchas, y así fue como la parcialidad aurinegra donó el bronce y lo llevó al Palacio Peñarol.



Fernando Álvez:

 
Nació en Montevideo el 4 de setiembre de 1959. Disputó 30 clásicos y solo perdió 1. Con grandes condiciones, prontamente fue figura a nivel juvenil consagrándose con la Selección de Uruguay, Campeón Sudamericano en Venezuela (1977) y Montevideo (1979). En ambas ocasiones fue considerado el mejor golero del torneo con el arco menos vencido. Capitán de los juveniles celestes, participó del primer Campeonato Mundial Juvenil disputado en Túnez (1977) donde Uruguay obtuvo el cuarto lugar y en Tokio (1979) logrando el tercer puesto. Con 21 años debutó con la camiseta celeste totalizando 39 partidos. Se retiró de la Selección colgando los guantes en el arco de la Tribuna Ámsterdam del Estadio Centenario en jornada memorable, después que Uruguay se consagrara Campeón de América (1995), atajando Fernando el penal decisivo en la serie que definió el título. Golero mundialista de Uruguay en dos ocasiones (1986 y 1990), integró el plantel que obtuvo la Copa de Oro de Campeones del Mundo (1981) que se llevó a cabo en Montevideo, alcanzando con Peñarol 7 títulos de Campeón Uruguayo (1978, 1979, 1981, 1982, 1985, 1986 y 1997), además de caracterizarse por su amplio dominio en los clásicos y consagrarse, también con Peñarol, Campeón de Campeones Mundial de Clubes en Italia (1985). De dilatada trayectoria, jugó en Paraguay, Colombia, Brasil y Argentina, pero su gran pasión fue, siempre, Peñarol.
 




Walter Olivera:

 
Capitán del plantel Campeón de América y del Mundo con Peñarol en 1982, Walter “Indio” Olivera nació el 16 de agosto de 1952 en el paraje “La Palmita”. Cosechó varios títulos con la camiseta aurinegra, lo que lleva a considerarlo como uno de los mejores defensas de nuestra historia.

En 1972 llega al fútbol profesional para desempeñarse en la institución mirasol. Año posterior a su llegada, comienza a alternar en el plantel titular, misma temporada en que obtiene su primer título de Campeón Uruguayo como jugador de Peñarol oficiando de zaguero; el cual también obtendría de forma consecutiva en 1974 y 1975. En estos años fue compañero de equipo de grandes jugadores como Fernando Morena, Nelson Acosta y Jorge Fosatti.

Obtuvo también los títulos de Campeón Uruguayo en los años 1978, 1979, 1981 y 1982. En este último año, levantó la Copa Libertadores en Chile y la Copa Intercontinental en Tokio, acompañado de exitosos futbolistas como Mario Saralegui, Venancio Ramos, Victor Diogo y el anteriormente mencionado, Fernando Morena.

En 1983, año en el cual Peñarol fue vice campeón de la Copa Libertadores, Olivera parte hacia el Atlético Mineiro de Brasil. Luego de dos temporadas en el club albinegro, se retiró del fútbol y ofició de director técnico. En esta tarea no tuvo grandes éxitos, solamente un campeonato mineiro, ni tampoco una larga trayectoria.




Fernando Morena:
 
Fernando Morena, uno de los grandes ídolos del Club Atlético Peñarol, es el máximo goleador en la historia del Campeonato Uruguayo y el segundo goleador histórico de la Copa Libertadores de América. Nacido el 2 de febrero de 1952, es conocido como el “Nando” o el “Potrillo”.

Morena inició su carrera futbolística en las divisiones inferiores de Racing Club de Sayago en el año 1967. Luego pasó a River Plate donde debutó en primera el 5 de octubre de 1969, cuando solamente tenía 17 años de edad.

A raíz de sus buenas participaciones, los dirigentes de Peñarol le pusieron el ojo y lo ficharon en 1973. Sin dudas que su mejor etapa la vivió en el cuadro carbonero donde lograría una excelente carrera, siendo el goleador del Campeonato Uruguayo en 6 años consecutivos (1973, 1974, 1975, 1976, 1977 y 1978). En esos años también fue el goleador de las Copa Libertadores de 1974 y 1975.

En 1978 se consagró como hombre record por partida doble, ya que por un lado superó su propia marca de cantidad de anotaciones en un torneo y finalizó marcando 36 goles, y por otro lado, le anotó 7 goles a Huracan Buceo en un partido, siendo este también otro logro que nadie ha podido igualar o superar. Por si fuera poco, también hizo 6 goles en dos oportunidades y 5 en otras dos ocasiones.

En la temporada 1979-1980 emigró a Europa para jugar en el Rayo Vallecano de España, en donde anotó 20 goles en su primera temporada. Tras su paso por el Rayo Vallecano fichó por el Valencia de España para jugar en el equipo “che” la temporada 1980-1981, obteniendo la Supercopa Europea y anotando el gol que le dio el triunfo a su equipo. Fue el goleador del equipo al anotar 24 goles (16 en liga, 4 en la Copa del Rey y 4 en Copas Europeas).
              
En 1981 volvió a Peñarol con la recordada campaña “A Morena lo traemos todos”, donde jugó hasta el año 1984. En 1982 fue nuevamente goleador del Campeonato Uruguayo y consiguió la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental, siendo también el goleador del torneo continental. Entre su enorme cantidad de goles, se destaca el que le marcó a Cobreloa en el último minuto de la segunda final de la Copa Libertadores de América.

Luego se fue a Boca Juniors donde jugó solamente 7 partidos. Tras este fugaz pasaje por el fútbol argentino regresó a Peñarol, donde se retiró el 28 de diciembre de 1984, aunque volvió brevemente al fútbol activo, para jugar por Peñarol la Copa Libertadores de América de 1986.

Actualmente se desempeña como Director de Relaciones Institucionales y Deportivas del club, siendo la imagen y cabeza de las delegaciones carboneras cuando se viaja al exterior.
 



Ladislao Mazurkiewicz:


El 14 de febrero de 1945 nació en Piriápolis uno de los mejores goleros que tuvo el arco aurinegro en su historia. Vistió camisetas de cuadros brasileros, españoles y otros cuadros de Sudamérica, pero fue en Peñarol donde obtuvo sus mayores logros. Ostenta el record de valla invicta en el fútbol profesional uruguayo con 987 minutos.
En 1963 hace su debut en el fútbol profesional vistiendo la camiseta de Racing Club de Montevideo. Un año después, obtuvo el título del Campeonato Sudamerican sub-20 con la selección uruguaya y Luego de dos temporadas en “la escuelita”, llega a Peñarol para ser parte de años gloriosos del club. En 1966, se consagró campeón de la Copa Libertadores ante River Plate y la Copa Intercontinental ante el poderoso Real Madrid.

En 1967, levantó la copa del Campeonato Sudamericano (hoy conocido como Copa América) con la selección uruguaya y también la del Campeonato Uruguayo, al igual que en 1968. Un año después de este último título, formó parte del plantel campeón de la Supercopa de Campeones Intercontinentales, también con nuestro club.

Ladislao Mazurkiewicz ostenta el record de minutos con la valla invicta en el fútbol profesional uruguayo. El 13 de octubre de 1968 cayó el invicto y se impuso la marca, cuando River Plate marcara un tanto para el empate 1 a 1 ante Peñarol. Los 985 minutos se constituyeron de la siguiente forma:

   Peñarol 3 – 1 Danubio  (Gol de Danubio: Larrosa a los 83 minutos)
   Peñarol  2-0 Liverpool
   Peñarol 1-0 River Plate
   Peñarol 1-0 Sud América
   Peñarol 1-0 Defensor
   Peñarol 1-0 Racing (atajó un penal)
   Peñarol 1-0 Cerro
   Peñarol 0-0 Nacional
   Peñarol 1-0 Rampla Jrs.
   Peñarol 4-0 Danubio
   Peñarol 1-0 Liverpool
   Peñarol 1-1 River (Gol de River: Silva a los 78)



Pedro Virgilio Rocha:

Jugador excepcional de gran categoría y ”cerebral entreala poseedor de gran potencia en ambas piernas” nació el 3 de diciembre de 1942 en Salto. Apodado “El Verdugo”, Rocha se desempeñó como futbolista durante 21 años, dividiéndose la mayor parte de su carrera entre Peñarol y San Pablo. Ingresó a los planteles carboneros en la gloriosa década del 60 donde Peñarol se cansó de levantar trofeos a nivel local e internacional.

Rocha se consagró campeón uruguayo en el 60, 61 y 62 cerrando el exitoso ciclo del primer quinquenio de oro en la historia del club. Repitió posteriormente en 1964, 1965, 1967 y 1968. También obtuvo la Copa Libertadores de América en 1960, 1961 y 1966 y la Copa Intercontinental en los años 1961 y 1966, marcando goles decisivos que permitieron que Peñarol se quedara con los títulos.

En 1969 se coronó Campeón de la Supercopa de Campeones Intercontinentales, siendo el goleador del torneo con seis goles en seis juegos disputados.

En la Libertadores de 1966 anotó goles claves, como dos anotaciones en uno de los clásicos por la primera fase, tres anotaciones en uno de los clásicos por la segunda fase y goles en las finales ante River Plate. En la final del mundo ante el Real Madrid, marcó el primer gol de penal en tierras españolas.

También tiene un capítulo destacado con la selección uruguaya, defendiéndola en cuatro Copas del Mundo (1962, 1966, 1970 y 1974) y un título en la Copa América de 1967 con un gol en la final ante Argentina.




Alberto Spencer:

Alberto Spencer Herrera fue uno de los jugadores más importantes de la historia de nuestro club. Goleador letal y apodado como “Cabeza Mágica”, nació el 6 de diciembre de 1937 en Ecuador donde se crió y comenzó a formarse como futbolista. Debutó en primera en el Everest de dicho país en el año 1953, y jugó ahí hasta 1959. Fue su gran actuación en el Sudamericano del 59 defendiendo a su selección lo que cautivó a los dirigentes de Peñarol, quienes lo trajeron inmediatamente al club.
Como gran rompe redes que fue, debutó en nuestro club marcando 3 goles en un amistoso frente al Atlanta argentino, el 8 de marzo de 1960. Su trayectoria en Peñarol fue impecable: obtuvo un sinfín de títulos e integró los equipos que en la década del 60 derrotaron a los más poderosos de América y Europa.

Hombre récord por donde se lo mire, Alberto Spencer es el máximo goleador en la historia de la Copa Libertadores con 54 tantos, 48 de ellos con Peñarol, y segundo de la Copa Intercontinental (con 6 tantos, a 1 de Pelé). A nivel local, fue 4 veces el máximo goleador del Campeonato Uruguayo, en los años 1961, 1962, 1967 y 1968, consumando un total de 326 anotaciones. “Fue una figura extraordinaria que llenó una época, mostrando una capacidad impresionante para definir. Sus duelos frente a los arqueros rivales terminaban con su triunfo y la pelota iba a parar a la red. Un jugador que daba esa situación de gol reservada para unos pocos elegidos y que hacía levantar a los hinchas para cerebrar la mayor emoción del fútbol” (Memorias de la pelota, A. Etchandy).

Se consagró campeón uruguayo en siete oportunidades (parte del primer quinquenio), campeón de la Libertadores en tres ocasiones (1960, 1961 y 1966) y campeón Intercontinental en dos (1961 y 1966). Se caracterizó por marcar goles claves y decisivos en todas las competencias: En la primera Libertadores marcó los dos tantos de la tercera semifinal ante San Lorenzo y el único en la primera final ante Olimpia. Al siguiente año, colaboró con dos en la goleada a Universitario por los cuartos de final, y nuevamente marcó en el partido decisivo de ida, esta vez ante el Palmeiras. Y en el 66 también fue decisivo, anotando entre otros partidos, en la histórica final ante River Plate en Santiago de Chile. La Intercontinental también lo tuvo como protagonista ya que le marcó dos goles al Benfica en la goleada por 5 a 0 y tres de los cuatro goles al Real Madrid en 1966.

Luego de su pasaje exitoso con la amarilla y negra, volvió a su país natal donde se retiró en 1971 jugando para el Barcelona. Fue catalogado por el pueblo ecuatoriano como el mejor jugador de la historia de su país y según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) es uno de los 20 mejores futbolistas de América del Sur del Siglo XX.

Su vínculo con el fútbol no terminó ya que continuó con el camino de entrenador, dirigiendo en Ecuador, Paraguay y Uruguay. Se vino a vivir al Uruguay en 1973 y en 1982 fue designado cónsul.



Néstor Gonçalves:

Néstor “Tito” Gonçalves, nació el 27 de abril de 1936 en Artigas. Denominado “El Capitán de capitanes”, fue parte de una época “dorada” de nuestro club. Vistió durante 14 años la camiseta aurinegra; años en los cuales la vitrina del club se llenó. “Poseedor de una firme personalidad, no le pesó el ponerse el número 5 que vistieron Harley, L. Fernández, Gestido y Obdulio Varela.
Llegó a Peñarol en 1957 para, apenas un año después, comenzar a hacer historia jugando de centrohalf. Es en 1958 que comienza una gran época para el conjunto aurinegro. Con la vuelta al fútbol de Hohberg, el “Tito” lograba su primer Campeonato Uruguayo con Peñarol por un punto de diferencia ante el segundo. Así comenzaba a sumar títulos para una trayectoria impecable.
Al año siguiente, el Peñarol de Gonçalves debó definir el Campeonato Uruguayo en una final ante el tradicional rival. Para disputar la final, llegaba a Peñarol un jugador que también haría historia: Alberto Spencer. Con goles de Cubilla y Linazza, el equipo del “Tito” obtenía el título de Campeón Uruguayo y la clasificación a la primera edición de la Copa de Campeones de América, llamada hoy en día Copa Libertadores de América.

Fue un ganador por excelencia. Se consagró Campeón de América en 1960, 1961 y 1966, y también Campeón del Mundo en 1961 y 1966, derrotando en esta última ocasión al poderoso Real Madrid. Fue figura fundamental en la década del 60, donde también sumó a las vitrinas carbonera la Supercopa de Campeones Intercontinentales de 1969. A nivel local, además del Primer Quinquenio de Oro, también obtuvo los campeonatos de 1964, 1965, 1967 y 1968.

Se da la particularidad que es uno de los pocos jugadores en el continente que salió campeón de América y luego su hijo pudo igualar eso. Otros casos son los Matosas y los Verón.

Actualmente es el Intendente de Las Acacias, por lo que los juveniles aurinegros tienen de cerca a uno de los hombres más importantes y más ganadores de la historia de nuestro club. También, es una de las caras visibles de la institución, y en 2010 viajó junto a Juan Pedro Damiani y Fernando Morena a recibir el premio de Campeón del Siglo.



Juan Joya:

Juan Joya Cordero nació en Lima, Perú, el 25 de febrero de 1934. Fue un espléndido delantero que jugó 9 temporadas en el Club Atlético Peñarol, desde 1961 hasta 1969. Con la casaca aurinegra disputó 132 partidos, anotando 56 goles. Fue dueño de la banda izquierda del ataque carbonero durante las 9 temporadas que defendió al Campeón del Siglo XX y se lo apodó como “Dueño de la Olímpica” por la proximidad de la Tribuna Olímpica, sector por el cual Juan Joya supo mostrar sus incuestionables habilidades.

Negro el once” (apodo adquirido en Uruguay, colocado por Hebert Pinto, comentarista radial) jugando en Peñarol ganó los Campeonatos Uruguayos de 1961, 1962, 1964, 1965, 1967 y 1968, logrando así 6 Campeonatos Uruguayos en 9 temporadas. Además se adjudicó 2 Copa Libertadores (1961 y 1966), dos Copas Intercontinentales (1961 y 1966) y una Recopa Mundial (1969). En todos estos torneos Joya fue pieza clave para la conquista, siendo acompañado por jugadores de la talla de Alberto Spencer, Pepe Sacía, Clano Cabrera, Pedro Virgilio Rocha, Julio César Abbadie, Lito Silva y Ermindo Onega, entre otros. Joya anotó dos de los 5 goles que Peñarol le convirtió a Benfica en 1961, para lograr la primera Copa Intercontinental del Club Atlético Peñarol.

En sus otros equipos Joya logró dos campeonatos peruanos con Alianza Lima en 1954 y 1955 y fue el máximo goleador de la Liga Peruana en 1957, anotando 17 goles en 18 partidos. También jugó en River Plate de Argentina y Juan Aurich de Perú.
Juan Joya fue un delantero rápido, hábil y muy potente. En su anterior club (Alianza Lima) se había desempeñado siempre como delantero de punta, pero al llegar a Peñarol fue utilizado, por el entonces técnico de Peñarol Roberto Scarone, como mediapunta por el sector izquierdo. Jugó 9 partidos con la selección peruana, anotando 3 goles.

Joya se retiró del fútbol profesional en 1970, donde hacía las veces de jugador y entrenador en Juan Aurich. Luego continuó jugando fútbol amateur hasta los 40 años (1974), en equipos como Sud América (1971), Cinco Esquinas de Pando (1972), Defensor de Paso de los Toros (1973), Atlante de Chicago (1974) y Deportivo Tagner de Chicago.
Falleció en la capital peruana el 29 de marzo de 2007, a los 73 años. Posteriormente, la CONMEBOL le tributó un homenaje realizando un minuto de silencio en el partido disputado entre Colo Colo de Chile y Caracas de Venezuela por la Copa Toyota Libertadores de ese año.



Juan Edgardo Hohberg:

Nació en Córdoba, República Argentina, el 8 de octubre de 1927, obteniendo la ciudadanía uruguaya en 1954. Comenzó a jugar como golero en Argentinos de Rosario (1941) y cuando pasó a Central Córdoba le descubrieron mayores habilidades para jugar de delantero. Sobresalió en las que eran tradicionales Selecciones Rosarinas que enfrentaban anualmente a Uruguay, lo que originó el interés de Peñarol quien lo incorporó a sus filas en 1948.


 Se convirtió aquí en el primer “Verdugo” de nuestro fútbol, con referencia a sus actuaciones en los partidos ante Nacional y al liderazgo deportivo y anímico que trasmitía en los partidos difíciles. Se consagró 6 veces Campeón Uruguayo, de potente remate, anotó más de 300 goles con la camiseta aurinegra. A raíz de la gran delantera de 1949, cuando llegó el momento de formar el plantel de Uruguay para la Copa del Mundo de 1950 hubo consultas a la FIFA para poder incluirlo en el equipo, cosa que finalmente pudo ser en ocasión del mundial de 1954 disputado en Suiza, recordándose aun su arresto anímico para marcar dos goles e igualar el partido semifinal ante Hungría en Lausana bajo lluvia torrencial. En este torneo Uruguay obtuvo el cuarto lugar, posición que luego volvería a obtener, ahora como director técnico, en el mundial de México en 1970.

Jugó en Cúcuta y Nacional de Medellín, ambos de Colombia, frustrándose en 1958 su pasaje al fútbol de Portugal para defender al Sporting de Lisboa por problemas con el cupo de extranjeros. Al retornar con su familia, el avión DC-6 en que viajaba tuvo un serio accidente por fallas mecánicas cayendo al agua en Isla Grande, cerca de Río de Janeiro, salvando milagrosamente su vida, perdiendo todas sus pertenencias.

El episodio lo impactó y abandonó el futbol. La hinchada de Peñarol lo recuperó volviendo a jugar durante 10 partidos que resultaron decisivos para conquistar la Copa Uruguaya de 1958, inicio del primer Quinquenio. Continuó en el club hasta alcanzar la Copa Libertadores de 1960, finalizando su actividad en Racing, club donde tuvo problemas con la ficha médica por una afección cardíaca, lo que significó la culminación de su trayectoria y su inicio como entrenador.

Para muchos peñarolenses fue el mejor jugador de todas las épocas. Reunía absolutamente todo. Fue de los fenómenos de la “máquina del 49” y terminó siendo de los pioneros del primer Quinquenio de Oro y de la primera Copa Libertadores en 1960. Falleció en Lima, donde estaba radicado, el 30 de abril de 1996.




Óscar Omar Míguez:

Óscar Omar Míguez fue de los últimos grandes jugadores que metió el baldío dentro del área penal y la llenó de picardías. Moñas, rabonas, túneles, chilenas, mondonguillos y goles. Nació el 5 de diciembre de 1927 en la zona que nunca abandonó enmarcada por Bulevar Artigas.


Jugó en el Araicuá y después de un campeonato de menores organizado por Sud América, fichó en los naranjitas durante 1943. En 1948 pasó a la tercera división del Club Atlético Peñarol. El inglés Galloway lo subió inmediatamente a primera, luego de observar sus cualidades técnicas y quedar asombrado por ellas.

Debutó con la selección uruguaya el 30 de abril de 1950 en Río de Janeiro ante Paraguay y fue Campeón del Mundo sin haber jugado, hasta entonces, con Uruguay en Montevideo. Con 28 goles es uno de los mayores artilleros con la celeste en el profesionalismo. Además, es el máximo goleador de Uruguay en la historia de los mundiales con 8 tantos (5 en Brasil 1950 y 3 en Suiza 1954).

Campeón de América en 1956 y 6 veces Campeón Uruguayo con Peñarol (1949, 1951, 1953, 1954, 1958 y 1959) pasó a Sporting Cristal de Perú, retornó para jugar en Rampla Juniors, y luego en Colón F.C.
Fue el goleador del Campeonato Uruguayo de 1948, anotando 8 tantos hasta que se produjo una huelga de jugadores. También fue el goleador del campeonato siguiente (1949).

Jugó en el magnífico equipo de 1949, donde brillaban junto a él Alcides Ghiggia, Juan Schiaffino, Juan Hohberg y Vidal, entre otros. Además fue protagonista en el histórico “Clásico de la Fuga”. Durante su pasaje por Peñarol, Míguez recibió varias propuestas de cuadros europeos para emigrar, pero él siempre priorizó el amor hacia el conjunto carbonero, rechazando todas las ofertas recibidas.

En Peñarol jugó de 1948 a 1959, años en los que disputó 137 partidos y anotó 107 goles. Su impecable promedio fue de 0.78 goles por partido. En la selección uruguaya jugó 39 encuentros y anotó 27 goles entre 1954 y 1959. “Nació sabiendo”, con enorme amor propio dejó para el recuerdo jugadas y goles inolvidables como sus clásicas “chilenas” o “rabonas”. Fue considerado por la prensa, en la final de Maracaná, el mejor centre foward del mundo siendo para los peñarolense un ídolo y genial goleador. Falleció el 19 de agosto de 2006 por una crisis cardíaca. En ese entonces “El Cotorra” tenía 78 años.


 


Alcides Edgardo Ghiggia:

Nacido en La Blanqueada el 22 de diciembre de 1926, Alcides Edgardo, se hizo hincha de Peñarol desde muy chico sin importar el barrio. Se consagró Campeón Uruguayo en dos oportunidades (1949 y 51), Campeón Mundial con la selección uruguaya en 1950 y también obtuvo títulos en Italia con la Roma y el Milan.

En 1944, uno de sus hermanos lo llevó a probarse a Sud América y quedó. Comenzó jugando de centro delantero, pero posteriormente y gracias a un DT de su club, cambió de puesto y ocupó la punta derecha. Este cambio de posición empezó a dar resultado y Alcides decidió abandonar el estudio y dedicarse al fútbol, sin mucho consentimiento de su padre.

Un año después de esa decisión, el 22 de abril de 1948, Ghiggia pidió pase a Peñarol. Su debut en primera se hizo esperar debido a que llegó fuera del período de pases pero mientras tanto, se desempeñó en Tercera Especial. Cuando llegó el momento, Alcides disputaba el puesto con jugadores de gran nivel como José Ortiz y Julio César Britos, pero debido al capricho de un DT húngaro que quiso probarlo, Alcides comenzó su carrera hacia la cima.

Formó parte de la llamada “Máquina del 49” o “Escuadrilla de la muerte”, refiriéndonos al potente y eficaz cuadro aurinegro conformado por Hohberg, Schiaffino y Míguez entre otros. En ese año, Peñarol marcó 118 goles y recibió 34 en 33 partidos, sin haber sido derrotado ni una sola vez.

Fue también parte del plantel de cuando, el 9 de octubre de 1949, Nacional decidió no presentarse al segundo tiempo de un partido clásico, recordándolo como el Clásico de la Fuga, o por Alcides como el clásico de su primer gol ante este cuadro. “A Nacional le habían echado un par de jugadores y tenían miedo que los termináramos goleando. Lloviznaba ese día y cuando iba a empezar el segundo tiempo, salió el sol” comenta Alcides en el libro “A lo Peñarol” de César Bianchi.

Es reconocido en todo el país y el mundo por haber sido héroe con la selección uruguaya ganadora del Mundial de 1950 convirtiendo el segundo gol ante 200.000 personas en la final ganada por la Celeste por dos goles contra uno, frente a Brasil. Alcides considera que Uruguay salió campeón porque el destino es así, tenía que ganar nuestra selección. A lo largo de los años Ghiggia siempre comenta con orgullo “Solo tres personas han conseguido silenciar al Maracaná… Sinatra, el Papa y yo”.
 



Juan Alberto Schiaffino:

Nacido en Montevideo el 28 de julio de 1925, Juan Alberto Schiaffino fue reconocido por la IFFHS como el mejor jugador uruguayo de la historia, y también como uno de los mejores jugadores de fútbol del Siglo XX.

Hizo su debut en el fútbol profesional en el Club Atlético Peñarol en 1943. En 1949 obtiene su primero de 4 títulos con la casaca aurinegra y es protagonista estelar del histórico "Clásico de la Fuga". Un año más tarde, fue parte de la delantera del plantel celeste consagrado Campeón del Mundo en Brasil, marcando 3 goles. Defendiendo al plantel mirasol, también obtuvo los títulos de Campeón Uruguayo en 1951, 1953 y 1954. Es en este último año cuando, después de 227 partidos y 88 goles, decide irse de Peñarol y pasar a defender la camiseta del AC Milan con la cual convirtió 60 goles en 171 participaciones.

Un año más tarde a su llegada a Italia, se consagra campeón de la Seria A, título que también obtendría en 1957 y 1959, mientras que en 1956 formó parte del plantel del AC Milan campeón de la Copa Latina (entre los campeones de las ligas de Francia, Italia, Portugal y España).  Es en 1960 cuando pasa a defender la camiseta del AS Roma, cuadro con el cual convirtió solamente 3 goles en 39 encuentros obteniendo un solo título: Copa de Ferias 1961. Año posterior a este título, decide dejar el fútbol volviendo a Montevideo para dedicarse a negocios inmobiliarios y ejercer ocasionalmente como entrenador.

Falleció en 2002, a los 77 años. El mismo día de su fallecimiento, la Cámara de Senadores de la República Oriental del Uruguay le brindó un homenaje. Años después, Peñarol hizo lo propio mientras conmemoraba sus 120 años de gloria, lanzando el Instituto Juan Alberto Schiaffino.




Roque Gastón Máspoli:

Roque Gastón Máspoli Arbelvide nació en Montevideo un 12 de octubre de 1917. Fue un extraordinario arquero tanto en la selección uruguaya (fue pieza clave del Maracanazo de 1950) como en el Club Atlético Peñarol.

Roque inició su carrera futbolística en el tradicional rival a los 16 años, jugando en Liverpool posteriormente. Finalmente pasó a Peñarol y allí realizó la mayor parte de su exitosa trayectoria como jugador de fútbol. Obtuvo seis Campeonatos Uruguayos con el carbonero (1944, 1945, 1949, 1951, 1953 y 1954) y jugó al lado de grandes ídolos como Obdulio Varela, Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia. Fue parte del equipo de 1949, apodado “La máquina” y protagonista del clásico de la fuga.
 

Como arquero de la selección uruguaya participó de dos mundiales, el de 1950 y el de 1954, ganando el de Brasil con gran actuación, en lo que se conoció como el Maracanazo. Disputó 38 encuentros defendiendo a la camiseta celeste.

Se retiró como futbolista en 1955 a los 38 años de edad. Luego de eso se mantuvo vinculado al deporte, siendo entrenador de varios clubes sudamericanos, el Elche de España y la selección uruguaya.

Como entrenador dirigió a 8 equipos diferentes (Peñarol, Danubio, River Plate (Uruguay), Deportes Lima (Perú), Elche (España), Sporting Cristal (Perú), Barcelona (Ecuador) y Olimpia (Paraguay). Su etapa más destacada fue nuevamente en el Club Atlético Peñarol, equipo del cual fue fanático toda su vida y en donde aún lo recordamos como uno de los mayores ídolos a lo largo de la historia.

Como director técnico en Peñarol ganó el Campeonato Uruguayo en 5 oportunidades (1964, 1965, 1967, 1985 y 1986), además obtuvo la Copa Libertadores de 1966 y la Copa Intercontinental de 1966, ganándole al mítico Real Madrid en España.

Como técnico de Uruguay conquistó el Mundialito de 1981. Además en 1990 fue nombrado presidente de la Asociación de Entrenadores. También fue campeón en Perú (1973 con Deportes Lima) y Ecuador (1987 con Barcelona de Guayaquil). En 1998 se retiró completamente de las actividades relacionadas con el fútbol, luego de dejar de ser técnico de la selección uruguaya.




Obdulio Varela:

Obdulio Jacinto Muiños Varela fue el más carismático futbolista representativo de un Uruguay ganador, valiente y guapo. Nació el 20 de setiembre de 1917 en La Teja. Diez hermanos, escuela sin terminar, peón de albañil, canillita, boxeador aficionado y jugador de fútbol en el Fortaleza, Dublín y Pascual Somma.

Al “negro jefe” se lo conoció popularmente con su apellido materno desde muy chico.
Su madre llevó la familia al Barrio Paysandú y el 30 de agosto de 1936 debutó en la División Intermedia de la AUF con el Deportivo Juventud, enfrentándose en dicha ocasión a Intrépido Belgrano, ganándole por 1 a 0. Pasó a Wanderers en 1938, estuvo probándose en Banfield de Argentina en 1941 y llegó a Peñarol en 1943, donde jugó hasta su retiro ocurrido el 15 de junio de 1955 en el estadio Maracaná de Río de Janeiro en partido ante América. Obdulio, junto a Máspoli, dirigía a Peñarol que perdía ante América. Técnico y jugador, se incluyó en el equipo en el segundo tiempo. No jugó nunca más.

En Peñarol debutó el 17 de abril de 1943 contra Sud América, encuentro que Peñarol ganó por 4 tantos contra 0 por el Torneo Competencia.

Capitán de intachable profesionalidad, grandiosa persona y magnífico líder de grupo. En 1945 luego de la victoria frente a River Plate de Argentina, la dirigencia carbonera decide premiar a todos los jugadores del plantel con 250 pesos, pero a Obdulio con 500 pesos. El en ese entones capitán del equipo se quejó argumentando “Yo no jugué más ni menos que nadie. Si ustedes creen que merecí 500 pesos, le dan a todos 500 pesos. Si ellos merecieron 250 pesos, yo también”. Finalmente la dirigencia premió a todos los jugadores con 500 pesos. Momento que describe de pies a cabeza al gran Obdulio Varela.

Con Peñarol se proclamó 6 veces Campeón Uruguayo (1944, 1945, 1949, 1951, 1953 y 1954) y en otras tantas ocasiones Campeón del Torneo Competencia, además de consagrarse 8 veces Campeón del Torneo de Honor.

Capitán, caudillo, ganador, jugador de enorme temperamento, gran remate de larga distancia y enorme presencia física, se retiró invicto de la Copa del Mundo. Jugó 7 partidos, ganó 6 y empató 1. Murió el 2 de agosto de 1996.

También Capitán de Uruguay cuya titularidad en el centro del campo ocupó durante 12 años, se convirtió en el mito y leyenda a partir del 16 de julio de 1950 cuando los celestes comandados por su temperamento y picardía, alcanzaron la más grande hazaña del fútbol del mundo al vencer a Brasil en el último partido en Maracaná. También fue Campeón de América (1942), de la Copa “Barón de Río Branco” ante Brasil en tres ocasiones y de la Copa “Escobar-Genora” (1943). Totalizó 51 partidos internacionales con Uruguay.




Álvaro Gestido:

Nació en el Barrio Sur de Montevideo el 17 de mayo de 1907 y murió joven en la ciudad de Santa Clara de Olimar, el 18 de enero de 1957. Su hermano fue el Gral. Oscar Gestido quién ejerció la presidencia de la República desde el 1 de marzo de 1967. Como él, Álvaro cursó estudios en la Escuela Militar donde llegó a obtener el grado de Mayor y cuyo equipo de fútbol defendió jugando en la Liga Universitaria, simultáneamente a su trayectoria como futbolista de Peñarol, club en el que se inició en 1922 actuando en 4ta división.
En 1928 llegó al primer equipo de Peñarol donde jugó ininterrumpidamente hasta el 28 de diciembre de 1941, día en que se despidió en un partido ante River Plate argentino. Fue el eje medio de los primeros títulos de fútbol profesional que conquistara Peñarol, incluido el primer cuatrienio (1935-1938), siendo a la misma vez Capitán del Ejército, Capitán de Uruguay y Capitán de Peñarol, por lo que siempre será recordado y llamado “el Capitán Álvaro Gesto”.

En un ejemplo de amor y entrega peñarolense, Gestido protagonizó en 1944 un episodio inusual. Durante la disputa del Torneo Competencia el club se quedó sin centre half. Obdulio Varela no podía jugar al igual que el suplente, Luis Vecino. Leofar Cámera estaba operado y Charlón lesionado. Fue entonces que el entrenador, Aníbal Tejada, tuvo la idea de ir a buscar a Gestido. “Si Peñarol me necesita… las fuerzas deportivas que me quedan son para el club de mis amores”, respondió y retornó para disputar dos partidos (ante Wanderers y Liverpool), congregando 40.000 personas en cada encuentro y ganando ambos. Por esa actitud, la Asamblea de Socios de Peñarol, por aclamación, lo designó Socio Honorario y Caballero del Deporte.

Se consagró 7 veces Campeón Uruguayo. En 1928 formó con Gildeón Silva y Lorenzo Fernández un notable terceto defensivo inmortalizado como “la cortina metálica”. También con Uruguay fue ganador consagrándose Campeón Olímpico de 1928 en Amsterdam y Campeón del Mundo en 1930, brindando en ambos casos un ejemplo de ductilidad al ocupar la posición de lateral izquierdo. Vistió la camiseta celeste en 35 partidos internacionales.




Isabelino Gradín:

Fue considerado el primer jugador dinámico del fútbol uruguayo pues hacía que el público se levantara de los tablones para seguir sus fulminantes carreras por la punta zurda. Así de veloz, fugas e inolvidable fue su pasaje por el fútbol con la camiseta de Peñarol y la celeste de Uruguay.

Nació el 8 de julio de 1897 en la calle Miní, corazón del Barrio Sur de Montevideo, frente a la compañía de gas, entre el antiguo bajo y Palermo. Se inició en el Agraciada y en 1915 llegó a Peñarol, defendiendo en 1916 a Uruguay en la primera Copa América de la historia disputada en Buenos Aires, conquistando el título de Campeón.

Fue el primer negro en el fútbol uruguayo haciéndose realidad con su presencia (y la simultánea de Jorge Delgado, también de Peñarol desde 1917) la integración racial y social amplia que llegó a través del futbol permitiendo que a través de Peñarol nuestro país fuera un verdadero adelantado en América. Tanto esto fue así, que en el primer partido ante Chile por la citada Copa América, los trasandinos reclamaron los puntos a la CSF “porque Uruguay incluyó en su equipo dos africanos (Gradín y Delgado)”. Ambos jugaban en el mismo equipo con Jorge G. Pacheco, sobrino del Presidente de la República, transformando a Peñarol desde siempre, en cauce abierto a todas las corrientes sociales.

Gradín fue Campeón Uruguayo en 1918 y 1921 pasando a Olimpia en 1922, club que fundó en la Plaza de Deportes N°1 de la ciudad vieja, para seguir jugando al fútbol y poder continuar desarrollando si  otra pasión: el atletismo, integrando la galería de los mejores velocistas de todos los tiempos. Fue Campeón Sudamericano de 400 metros (1918); de 200 metros (1919); de 200, 400 y la posta 4×400 (1920) y de 400 y posta 4×400 (1922).

Inspiró la musa del poeta peruano Juan Parra del Riego en el inolvidable “Polirritmo dinámico” que definió a Gradín de manera genial: Palpitante y jubiloso como el grito que se lanza de repente a un aviador, yo te canto, ¡oh jugador maravilloso!, que hoy has puesto el pecho mío como trémulo tambor. Falleció el 21 de diciembre de 1944.




José Antonio Piendibene:
 

"Nunca más cambió de camiseta." Fue lo que hizo “el pibe de los Pocitos” el día que vistió por primera vez la casaca aurinegra el 26 de abril de 1908. Fue en un encuentro contra el French, jugando de puntero derecho y convirtiendo 2 goles. Ese día el “Maestro” deslumbró a todos. Fue el inicio de una carrera de más de 20 años defendiendo al Carbonero.
José  Piendibene nació el 5 de junio de 1890, en el pueblo de los Pocitos siendo el menor de 8 hermanos,  y falleció el 12 de noviembre de 1969.

Comenzó su actividad futbolística en el Buenos Aires, un cuadro de barrio, para luego pasar a Peñarol cuando tenía tan sólo 17 años. Disputó 506 partidos, convirtiendo 253 goles hasta el día de su retiro en 1928. Hasta el día de hoy cuenta con el record en presencias en los clásicos, sumando 62 encuentros y 26 goles. Es el máximo goleador clásico de la Era Amateur.

Su apodo "Maestro" nació en un partido de la selección contra Argentina, el 29 de octubre de 1911. Los orientales ganaron 3 a 0 con dos goles de Piendibene, y Jorge Brown -fue un experimentado zaguero del poderoso Alumni argentino-  al terminar el encuentro, le dio la mano y le dijo: “Usted es un Maestro, muchacho…”. A partir de ese momento lo bautizaron así.

Con Peñarol, conquistó el Campeonato Uruguayo en 6 ocasiones: en 1911, 1918, 1921, 1924(FUF), 1926 y 1928. En 1918, en la plenitud de su edad, formó parte de un extraordinario equipo que cortó con la racha de 3 Campeonatos Uruguayos consecutivos del tradicional rival.

Con la selección nacional también brilló. Fue Campeón Sudamericano en tres oportunidades: 1916, 1917 y 1920. Integró el plantel en 56 ocasiones, marcando 26 goles (17 fueron contra Argentina).

En 1924 fue nombrado socio honorario del Club Atlético Peñarol y fue abanderado en el cincuentenario de Peñarol.

Han pasado 42 años desde su muerte, el 12 de noviembre de 1969. Así es como recordamos la  extraordinaria trayectoria de un jugador de enorme destreza, quien defendió los colores de Peñarol por más de dos décadas. Era otra época, en el amateurismo, pero hasta el día de hoy, lo inmortalizamos como un “Maestro”. 

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